Texto de la presentación del libro de Araceli Fuentes en Murcia «El misterio del cuerpo hablante»
Texto de la presentación del libro de Araceli Fuentes en Murcia: “El misterio del cuerpo hablante”
Primeramente quiero agradecer a la Biblioteca del Campo Freudiano en Murcia por proponerme presentar este libro. Debo decir que me lo esperaba, ya que durante un tiempo no dejé de hablar de él. Y es que desde el principio me cautivó. Lo primero que llamó poderosamente mi atención fue el título: “el misterio del cuerpo hablante”. Ante este título, esperaba poder descifrar algo del enigma de lo que es un cuerpo. Y aunque siempre habrá algo real e indescifrable en el cuerpo de todo ser hablante, creo que Araceli ha podido cernir algo de esto.
El libro me atrapó desde el principio como si de una novela se tratase, por que en efecto, algo de novela tiene, algo de la novela personal de Araceli, puesto que, según sus palabras, las ganas de escribir este libro provienen del tratamiento de su cuerpo en la experiencia psicoanalítica.
En efecto, se trata de un libro que combina teoría clínica y experiencia personal, la experiencia de su recorrido analítico, su pase, dando como resultado un libro que uno no puede parar de leer, ya que se hace más fácil entender conceptos psicoanalíticos que a menudo pueden parecer oscuros. Libido, pulsión, real, deseo, angustia y existencia de la no relación sexual, son algunos ejemplos de conceptos tratados en este libro y que se hacen fácilmente entendibles. Por ello, es un libro recomendable y apasionante para todo aquel que quiera asomarse al psicoanálisis y aprender de él tomando el vínculo entre la teoría y la experiencia.
Como bien dice Enric Berenguer en el prólogo, no podemos olvidar que tanto la obra de Freud, como la de Lacan están construidas en tanto analizantes del inconsciente, más que como analizadores de éste.
Así, Araceli nos ofrece un recorrido que nos va aportando claridad a los diferentes conceptos psicoanalíticos hasta llegar a la última enseñanza de Lacan, donde el acontecimiento de cuerpo, relativo al parletrê, o ser hablante, toma un papel determinante. “El parletrê es el ser que habla y que no tiene otro ser mas que el que le da el lenguaje”.
En suma, teniendo en cuenta estos conceptos, Araceli va a ir desvelando algo del misterio de muchos padecimientos que atañen a todo ser hablante y que siempre, de una forma u otra, conciernen también al cuerpo.
¿Pero, qué es esto del cuerpo hablante?
La expresión hay que tomarla en sentido metafórico por que de lo que se trata no es de un cuerpo al que se le suma la capacidad de hablar, sino que es el ser hablante el que habla con su cuerpo, habla a través de él.
El cuerpo del que padecemos es un cuerpo vivo y habitado por la pulsión. Lacan, en el seminario 23, define la pulsión como el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir. Así, el organismo del ser que adviene al mundo es atravesado por el lenguaje.
Este acontecimiento inaugural, que es la incidencia del lenguaje sobre su organismo lo convertirá en cuerpo, y a partir de ahora se tratará de un cuerpo pulsional. A los animales los habita el instinto y a nosotros la pulsión. El instinto en los animales los lleva directamente a su objeto, sin embargo, la pulsión es sin objeto, por lo que intenta satisfacerse en su ir y venir pero siempre alrededor de un vacío.
Para el psicoanálisis, el misterio del cuerpo hablante es la unión de la palabra y del cuerpo. Un cuerpo no viene dado de antemano sino que hay que construirlo. Es primeramente necesario que el lenguaje nos dé un cuerpo para poder tenerlo. Y este proceso, solo se produce cuando el lenguaje es incorporado por el cuerpo.
Esta operación simbólica es la que puede permitir que un cuerpo se sostenga, sin embargo esto no siempre sucede y Araceli nos pone un ejemplo de la clínica, donde en el autismo y las psicosis podemos encontrar problemas graves en la constitución de un cuerpo. También nos advierte de la importancia de saber si alguien tiene o no un cuerpo cuando recibimos a un sujeto en la consulta.
La autora nos comenta que “el fracaso en la constitución del cuerpo se debe a un fracaso del anudamiento entre lalengua, escrito todo junto, el cuerpo y el goce. Más tarde hablaremos de esta lalengua, neologismo inventado por Lacan.
El tema de la constitución del cuerpo es tratado en el capítulo 2, titulado “la construcción del cuerpo”. Ahí también nos ofrece algunos ejemplos para poder entender esto mejor como el de Lol V. Stein, personaje de la escritora francesa Marguerite Duras, en su libro titulado “ El arrebato de Lol V. Stein”.
Lacan, realiza su primer abordaje sobre este tema en su texto “El estadio del espejo como formador de la función del Je”. Aquí Lacan da una gran importancia libidinal a la imagen del cuerpo. Antes de reconocerse en un espejo, el niño parte de la incoordinación y la fragmentación de su cuerpo. Es la imagen en el espejo la que puede proporcionarle la unidad y la imagen de totalidad que le falta. Esto podemos comprobarlo en la alegría que un niño experimenta al reconocer su imagen en el espejo.
El estadio del espejo es para Lacan la matriz del narcisismo, donde en este momento lo que prevalece es la dimensión imaginaria. Más tarde, en su escrito “Observaciones sobre el informe de Dr. Daniel Lagache», Lacan le dará prevalencia a la dimensión simbólica, es decir, la importancia de la presencia del Otro en el narcisismo. El que está en juego en el espejo es el Otro, por ejemplo la madre que sostiene al niño. Así, lo que permitirá al niño sentir la imagen como propia y sentar las bases de su narcisismo y amor propio será la mirada del Otro, que no una mirada cualquiera, sino que será preciso que sea una mirada que pueda libidinizar al niño.
¿Y qué es lalengua? (escrito todo junto)
Una frase de Araceli resume muy bien lo que quiere decir Lacan con esta palabra. “Lalengua son palabras oídas antes de poder ser escuchadas”. Se trata de lo que el niño oye cuando aún no puede darle ningún sentido. No tiene que ver con el sentido, sino con el modo de decir, con la manera de hablar y con el ritmo. Y esto que el niño oye y que no puede significantizar no es sin consecuencias. Lo oído toca su cuerpo dejando las huellas y marcas del goce del Otro. Goce del que se ocupa el psicoanálisis y que puede manifestarse en el cuerpo en forma de síntomas, sueños, angustias, dolores, fenómenos psicosomáticos…etc.
Araceli hará una diferenciación fundamental entre el síntoma y el fenómeno psicosomático. En cuanto al primero, éste tiene relación con el inconsciente del sujeto y aloja una verdad, un saber no sabido. Nos dice Araceli que en este caso, el inconsciente, el goce y el cuerpo están anudados.
Sin embargo, en el caso del FPS no hay ningún saber inconsciente sino que el goce se escribe directamente en el cuerpo provocando la lesión. Se trata aquí de una escritura real, es decir, por fuera de lo simbólico, de todo saber y de todo sentido, por lo que el cuerpo, el inconsciente y el goce no se anudan.
Siendo por ello que Araceli afirma que “la zona afectada por la lesión psicosomática es una zona en la que la constitución del cuerpo fue fallida”
El capítulo 4 del libro está dedicado al fenómeno psicosomático, acontecimiento de cuerpo que ella sufrió de primera mano. El misterio del cuerpo hablante es un libro donde ella realiza una investigación de su experiencia analítica, experiencia que le permite desvelar algo de su cuerpo hablante, algo que se estaba manifestando a través de un fenómeno psicosomático.
En este capítulo Araceli nos dice que supo la razón por la que acudió a analizarse mucho tiempo después de haber comenzado. Esta razón fue que tenía un duelo pendiente.
Sin embargo, fue en su primera sesión donde hablará de una frase fundamental, una frase oída, que no escuchada, a partir de que ella tenía 8 meses de edad, edad que tenía cuando su madre falleció. Se trataba de una jaculatoria que le dirigían las mujeres del pueblo en el que ella vivió y que cuando se la encontraban exclamaban ¡Ay, si su madre la viera!.
Nadie le ocultó que su madre hubiera muerto, lo que ella no sabia es que no había hecho el duelo por su pérdida, y se pregunta ¿cómo hacer el duelo por alguien que no conocí?
Pero para Araceli, la verdadera dificultad para hacer este duelo proviene de lo que lalengua le trasmitió, esa frase que se convirtió en holofrase, sin intervalos entre las palabras, ¡Aysisumadrelaviera! y que invocaba la mirada de una muerta. Esta jaculatoria se escribió en su cuerpo con una escritura real e imposible de subjetivar.
Mucho tiempo después, siendo ella una mujer, el misterio del cuerpo que habla se hizo patente. Su padre muere y ella, a pesar de haberlo querido mucho, vive su muerte sin afecto, sin sentir nada, dice. Sin embargo, unos meses después, se desencadena una enfermedad autoinmune que pone su vida en peligro: un lupus eritomatoso por el que tuvo que ser hospitalizada.
Se le hace evidente la relación entre la falta de afecto por la muerte de su padre y la aparición de la enfermedad autoinmune. No podía hacer el duelo de su padre por que tenía otro duelo pendiente. No es posible hacer un duelo cuando existe otro que aún no se ha hecho.
La marca dejada por lalengua se activó al confrontarse con otro duelo produciendo el fenomeno psicosomático: la enfermedad autoinmune.
En la medida en la que se considera el fenómeno psicosomatico como un lenguaje del cuerpo es posible un tratamiento a través de la palabra. La experiencia analítica es el único modo de poder localizar el goce fijado en el cuerpo en los primeros encuentros con lalengua, goce que en el caso de Araceli tomó la forma de un FPS.
Nos comenta la autora que el análisis fue la escritura de un duelo. O más bien un cambio de escritura, pasando de una escritura real, de la que nada podía decir, a una escritura sintomática que pudo ser inscrita en lo simbólico.
El efecto de este análisis se dejó sentir en su cuerpo y el lupus que sufría se apaciguó produciéndose una importante mejoría.
Más adelante, en el capítulo 7, Araceli retoma el tema de su análisis en el apartado: Un cuerpo, dos escrituras. En este apartado desarrolla lo que fue su experiencia analítica de una manera mas profunda donde sus sueños toman un lugar muy importante en la cura.
De este apartado voy a resaltar un tema. Se trata de otro misterio del ser hablante, el misterio del amor y la relación entre los sexos.
Dice Lacan, que no hay relación sexual que pueda escribirse entre un hombre y una mujer. ¿Qué quiere decir esto?. Lacan escribe en 1972 el seminario XX, titulado Aún, donde escribe sus fórmulas de la sexuación, para referirse a las diferentes posiciones sexuadas en las que puede situarse un sujeto. Si se sitúa del lado hombre lo que aparece es el estilo fetichista, un goce que tiene que ver con un objeto que no habla, y que está más del lado del silencio que de las palabras. Del otro lado, del lado femenino lo que tenemos es la erotomanía, una mujer que lo que justamente necesita es que el hombre le hable. El goce de ella no es sin la palabra del Otro, goce que también en ella tiene que ver con el amor. Sin embargo, del lado del hombre, el goce no necesita pasar por el amor ni por la palabra.
Así, vemos lo imposible de la relación sexual entre los dos sexos, un imposible que se encuentra en el nivel del goce, un goce para ella y otro muy diferente para él, dos goces que nunca se encuentran.
Lo único que puede velar esta diferencia es el amor. “El amor suple la relación sexual que no se puede escribir”, nos dice Lacan, en Aún.
“El amor y la muerte son dos nombres comunes para hablar del deseo abismal de una mujer, de su fascinación por el abismo”, nos dice la autora.
Y que ella lo buscaba, que ella quería adentrarse en la zona en la que el sentimiento de existir se confunde con la intensidad experimentada en un estado del cuerpo.
Y fue justamente un hombre quien despertó en ella ese goce, teniendo como consecuencia buscar en el amor un amor absoluto y sin límite.
Esta búsqueda la lleva a entregarse a la voluntad del goce del Otro no poniendo límites a las concesiones hechas a un hombre: De su cuerpo, de su alma y de sus bienes.
Fue un tiempo de estrago en el que la angustia y el sufrimiento invadieron su vida. Así, sus relaciones con los hombres fracasaban, hasta que un cambio fundamental acontece en su vida a raíz de vivir dos acontecimientos vitales muy importantes: la muerte de su padre y la aparición de la enfermedad autoinmune.
Es aquí cuando pronuncia un “no quiero más” que marcará un antes y un después en su vida y en sus relaciones amorosas. Aquí es donde da comienzo su experiencia analítica.
Muchas gracias Araceli, por tu libro y por estar aquí.
M. Isabel Sánchez