Reseña de la conferencia de Santiago Castellanos «Dolor corporal, ¿De qué cuerpo se trata?»
DOLOR CORPORAL: ¿DE QUÉ CUERPO SE TRATA?. SANTIAGO CASTELLANOS
Se trata de una conferencia realizada por Santiago Castellanos en la Jornada de Psicoanálisis & Medicina del Instituto de Psicoanálisis de Bahía y la Sección Bahía-EBP. (Escola Brasileira de Psicanálise)
Santiago comienza señalando que esta conferencia es el resultado de su práctica, orientada por el psicoanálisis. Una práctica en la que durante más de 10 años ha atendido a pacientes, mujeres en su mayoría, cuyo padecimiento era de un dolor crónico de causas desconocidas.
El autor nos comenta que la fibromialgia es un padecimiento, en el cual, el síntoma principal es el dolor generalizado en el cuerpo, aunque también suele acompañarse de otros malestares como síntomas digestivos, fatiga crónica, insomnio…etc.
La conferencia va a sostener tres tesis fundamentales:
1- El dolor es un lenguaje del cuerpo donde la subjetividad ocupa un lugar central pero no el único. Reserva para el goce también un lugar fundamental.
2- Puesto que desde el psicoanálisis se considera el dolor como un lenguaje del cuerpo, es posible un tratamiento a través de la palabra.
3- La fibromialgia es un fenómeno transclínico. Puede darse en cualquier estructura y puede incluir síntomas, fenómenos psicosomáticos y fenómenos en el cuerpo propios de la psicosis.
Santiago subraya la importancia de que en la fibromialgia se trata de un dolor real, es decir, que la persona de la cual emana la queja siente el dolor realmente aunque no haya una causa orgánica que lo justifique.
Para ayudarse a introducir el concepto de goce, el autor toma un significante de la tesis sobre el dolor de Pio Baroja. Se trata de la palabra cenestesia, que define el placer y el dolor como dos grandes modalidades en las que el cuerpo se experimenta. “ Un cuerpo se experimenta como vivo no solo del lado del placer, sino más allá del principio del placer” Así, aproxima el dolor al concepto de goce en Lacan.
Por su parte, del lado de la ciencia hay una disociación entre lo psíquico y lo somático. No existe causalidad ni tratamiento eficaz. Reducir los fenómenos a la biología impide entender las relaciones existentes entre las perturbaciones corporales y las anímicas.
Lacan establece una diferencia entre el organismo y el cuerpo. El cuerpo del ser que habla es el resultado de su encuentro con el lenguaje. Así, para el psicoanálisis el ser humano no es un cuerpo, sino que tiene un cuerpo, un cuerpo que adquiere fruto del lenguaje.
La palabra es fuente de emociones y de angustia, afecto que se experimenta en el cuerpo. Habla desde el cuerpo y puede ser escuchado si se da la oportunidad. Las palabras duelen y marcan el cuerpo. Un tratamiento a través de la palabra es posible, y puede ser utilizado para tratar el dolor allí donde los analgésicos no son eficaces.
Seguidamente, Santiago comentará unas pinceladas de un historial clínico de Freud: el caso Elisabeth Von R, que podría ser diagnosticada hoy en día de fibromialgia. En este caso, Freud muestra, como el dolor psíquico, pasaría a ser, a través del mecanismo de la conversión, un dolor físico. Siendo para él, el dolor en el cuerpo, la manifestación somática de un “dolor de existir”.
Lacan, en Psicoanálisis y Medicina, nos dice que hay goce en el lugar donde comienza a aparecer el dolor”. En estos casos se trata de un goce deslocalizado que se presenta como dolor generalizado y a la deriva.
Así, desde el psicoanálisis lacaniano, el tratamiento pasa por usar nuestras herramientas para que pueda producirse una localización y reducción de ese goce.
Tomar el dolor como un acontecimiento de cuerpo tiene sus dificultades:
En algunas ocasiones, si se está demasiado embrollado con el cuerpo, no sabemos si el sujeto puede ser analizable. En un sujeto que está exageradamente embrollado con su cuerpo es necesario un paso previo que se logra con la simbolización.
Lo característico del síntoma del dolor es no pedir nada. Existe una separación entre la subjetividad y el dolor, habiendo un rechazo al saber y al inconsciente.
El síntoma se dirige al médico para que éste le de una respuesta sobre su causa y su tratamiento. El sujeto no se implica en su síntoma.
El dolor y los fenómenos del cuerpo en las psicosis.
Para que en un ser humano se constituya un cuerpo es necesaria una operación simbólica que pueda sostenerlo. Si esto no ocurre podemos encontrarnos con las perturbaciones propias de las psicosis.
En el caso de la fibromialgia en la psicosis, pueden hacer aparición las alucinaciones cenestésicas corporales o la certeza de padecer una enfermedad incurable. En estos casos, la angustia invade al sujeto por que el goce del cuerpo se presenta allí donde el lenguaje tendría que haber producido un silencio. Es muy importante el diagnóstico diferencial para saber si estamos ante una neurosis o una psicosis.
Para terminar, Santiago hace referencia a la importancia que tiene en la fibromialgia un trabajo de colaboración entre profesionales. La función del médico es fundamental. Si el médico es capaz de escuchar el sufrimiento del paciente mas allá del saber de la ciencia y no trata de tapar el agujero de la demanda del paciente, podrá acompañarlo para que éste pueda “pasar de la orilla de lo somático a la orilla de la subjetividad”.
Otro señalamiento importante que nos hace el autor, se refiere a las terapias cognitivo conductuales o TCC, donde lo fundamental de su orientación es que el paciente pueda adaptarse al dolor y vivir con él. Al restar toda la importancia a la relación entre el dolor y los avatares de vida colocan a los pacientes en un callejón sin salida. Para el psicoanálisis, en cambio, siempre se trata de un sujeto que habla y que puede ser escuchado.