RESEÑA SOBRE LA CONFERENCIA: ACTUALIDAD DE LA HISTERIA. IVANA MAFFRAND

RESEÑA SOBRE LA CONFERENCIA: ACTUALIDAD DE LA HISTERIA. IVANA MAFFRAND

Como Ivana desvela en esta conferencia, la histeria no tiene tanto que ver con el conocimiento popular del término, no más que en algún rasgo, como que la mujer histérica es esa que gusta de llamar la atención, dramática…etc. Este tipo de tratamiento del término histeria es meramente descriptivo y puede parecerse a lo que pensaban los autores prefreudianos y también los actuales manuales diagnósticos como el DSM IV.

Para el psicoanálisis, sin embargo, la histeria nos desvela un sufrimiento que tiene que ver con algo mucho más complejo. Es lo que Ivana intenta esclarecer de alguna manera en la conferencia que llevó a cabo en la sede del NUCEP, en Madrid.

Para ello, comienza haciendo referencia a algunos antecedentes de la histeria. Por ejemplo, en la Grecia antigua, la causa de la histeria se localizaba en el organismo, y aparece la teoría del útero móvil, la matriz desecada por la fatiga se desplazaba por el cuerpo como si fuera un animalito.
Algo más tarde, Galeno rechaza esta idea por absurda, pero mantiene la idea de un origen uterino para la histeria.

Ya en el siglo XIX, aparecen más concepciones médicas sobre la histeria. Charcot, pretendió fijar las reglas del ataque histérico para todas las mujeres. Un discípulo de Charcot, Pierre Janet acuña el término “bella indiferencia” para determinar que lo que domina en la histeria es un estado mental de placidez patológica, donde la histérica se complace en su condición a pesar de sus síntomas.

Pero el giro cualitativo vino de la mano de Freud, ya que ubica a la histeria en un lugar que no tiene que ver con la fisiología. Para él, la causa de la histeria está regida por un conflicto psíquico que tiene sus raíces con contenidos reprimidos e inconscientes.

La posición de Freud, gracias a las enfermas histéricas tratadas por Charcot, posibilita la invención del método psicoanalítico. Uno de los principios fundamentales del método es que los síntomas tienen carácter subjetivo, por lo que, para él, la exploración de las vivencias y los dichos de la paciente dará con los elementos capaces de resolver el conflicto psíquico.

Es así como Freud introduce el método de la asociación libre, con la intención de seguir el rastro de las representaciones reprimidas en el caso de estas pacientes.
Freud escribe una serie de casos, “los historiales clínicos”, donde da cuenta de conceptos fundamentales para el psicoanálisis, como síntoma de conversión o transferencia.

Para Freud, el cuerpo histérico responde a una cartografía lingüística donde los órganos del cuerpo quedan afectados no debiéndose a un mal funcionamiento del sistema nervioso.
La histérica toma literalmente expresiones lingüísticas como por ejemplo: “sentir una espina en el corazón”, “no poder dar un paso más”, “ no poder andar derecha”, “no poder tragar con eso”…etc.

Así, las dolencias en su cuerpo están enlazadas a este tipo de expresiones, que se convierten en un real en su cuerpo, un cuerpo afectado y tomado por el lenguaje.

Para Freud, las claves de la curación había que buscarlas en las palabras de las pacientes, en las interpretaciones de los síntomas inconscientes.

Más adelante, Lacan, seguirá la estela marcada por Freud pero da un giro cualitativo al elevar la histeria a la categoría de un discurso.

Lacan, en el seminario XVII, establece los cuatro discursos, siendo uno de ellos el discurso histérico. Un discurso se puede definir como un matema que representa la relación entre cuatro elementos, que en función de su lugar definirán un modo de lazo social particular.

A través de los discursos, Lacan pretende pasar del mito freudiano a la estructura. Se trata de ir más allá del Edipo para tratar de dar cuenta de la relación del sujeto con la estructura del lenguaje.

En el caso de la histérica, ella, como sujeto dividido y marcado por sus síntomas se dirige al Otro, lugar del amo, en este caso al analista, buscando un saber (S1), pero ese saber producido no es suficiente para ella, (S2), quien sabe inconscientemente que la verdad de su goce está en otro sitio (a).
Así, la respuesta del analista a la demanda de saber de la histérica, costará cara al analista quien será situado en una posición de impotencia, ya que como decía Lacan, la verdad solo puede ser “medio dicha”.
Para Lacan, el resorte fundamental de la dirección de la cura en la histeria es la transferencia. Solo un cambio de discurso, con el paso por la castración que supone, puede permitirle dejar de reivindicar y denunciar la impotencia del Otro. Puede permitirle dejar de situar siempre la imposibilidad de un lado que no es el suyo.

En cuanto a las histerias actuales, Ivana señala que si antes el conflicto era fruto de la prohibición, ahora el conflicto es el empuje al goce, y que fundamentalmente, las histerias ahora, toman la forma de trastornos alimentarios, como anorexias, bulimias, alergias, intolerancias alimentarias.

También afectos depresivos que pueden tomar la forma de fibromialgia, fatiga crónica…etc.

Habla también de las dificultades con el amor y el deseo, ya que en la histérica, hay una pregunta inconsciente sobre qué es una mujer para el deseo de un hombre, pregunta a la que tratará de dar respuesta por medio de la identificación al Otro masculino.

 

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