¿Qué es y para qué sirve el psicoanálisis?
El psicoanálisis tiene mala prensa por los muchos prejuicios y detractores que le rodean. Sin embargo, esto no es mas que el fruto del desconocimiento de su teoría y de su práctica. Además, hoy día, reina el significante de la inmediatez, donde hay prisa para todo. Son muchas las personas que demandan soluciones rápidas para su sufrimiento, una pedagogía, alguien que les diga qué hacer, una pastilla, una técnica. Pero todas estas soluciones no sirven sino a corto plazo, ya que ningún remedio puede “curar” desde afuera.
El psicoanálisis da la oportunidad de romper con esto, ya que da la palabra al sujeto, quien en presencia de un Otro a quién dirigirse puede ir elaborando algo de lo que en realidad le pasa. Lógicamente para esto se necesita un tiempo, y nunca podrá ser algo que se obtenga sin un trabajo interior.
El psicoanálisis no es algo pasado de moda u obsoleto. El psicoanalista francés Jaques Lacan se encargó de reactualizar el psicoanálisis siguiendo a Freud, por lo que lo convirtió en algo vivo y actual. Esto fue posible por que Lacan, en su época pudo utilizar elementos con los que Freud no contaba, como son; la linguística, la topología, y la lógica entre otros.
El psicoanálisis es un modo de acceder a una verdad sobre uno mismo a través del desciframiento de lo inconsciente. Para ello, el psicoanalista presta su presencia y su atenta escucha y permite al sujeto desplegar su decir sin oponer censura, invitándole a que diga todo aquello que le viene a la mente . A través de sus palabras, el sujeto puede darse cuenta de cosas novedosas o sorpresivas para él mismo. Esta es una de las manifestaciones de lo inconsciente. En otras ocasiones, será el analista el que interprete o señale algún significante que permita al paciente darse cuenta de algo.
Así, el psicoanálisis permite romper con las inhibiciones y angustias que tanto hacen sufrir al sujeto, y liberarlo de determinaciones inconscientes, para que pueda apropiarse de un deseo que sea lo mas suyo posible y encontrar lo mas singular que le habita.
Evidentemente, no hay forma de hacer este proceso de manera “mágica y rápida” como prometen muchas teorías actuales, sino que el camino pasa por estar dispuesto a arriesgarse a querer saber algo sobre y por uno mismo.