Clínica de las Adicciones. Fabián Naparstek
Este seminario, llamado “Clínica de las adicciones” de Fabián Naparstek tuvo lugar en el marco del Encuentro Psicoanalítico en 2014 organizado por el CEIP y la ALP.
En éste, Fabián, en primer lugar nos cuenta que la droga puede ser utilizada de diferentes maneras, es decir, que cada sujeto hace un uso diferente de la droga, y también que esta relación con la sustancia puede cambiar en los diferentes momentos de su vida. También, y muy importante, que en la clínica hay que estudiar detenidamente cada caso, ya que la droga cumple una función diferente para cada uno, cuestión que habrá que tener muy en cuenta antes de eliminar el consumo.
A continuación, pasa a ubicar tres momentos diferentes en el uso de la droga. Un primer momento en una época muy temprana donde aún no existen las toxicomanías, pero sí el uso de las drogas, que han existido desde que el hombre es hombre. En este primer tiempo el uso de la droga no es planteado como patológico.
Es en un segundo momento donde la droga pasa a ser considerada como patológica. Aquí, el descubrimiento del sindrome de abstinencia es central para la definición de toxicomanía, y en especial, por que este descubrimiento permite la entrada de la ciencia en el uso de las drogas. Así, para la ciencia, la toxicomanía es considerada como una patología.
Este segundo momento coincide con la publicación, por parte de Freud, de “El malestar en la cultura”. En esta obra, Freud ubica el consumo de drogas como una respuesta más del individuo al malestar en la cultura. Para Freud, el riesgo del uso de las drogas tiene que ver con que provocan una separación subjetiva de la realidad. Así, las drogas evitarían el malestar mediante la producción química de sensaciones de que la realidad es diferente. En esta idea de Freud podemos ubicar el antecedente de lo que en Lacan será la “la ruptura con el Otro”.
En este segundo momento existía la posibilidad de responder al malestar también de otras maneras, por ejemplo con la sublimación, el amor, el delirio…etc. Esta era la época del Nombre del Padre, coherente con la represión y la clasificación.
Esta es la diferencia fundamental con el tercer momento, momento de la época actual donde el empuje es a que hay una única respuesta; la centrada en el consumo. Esta época es la época de la “toxicomanía generalizada”, donde, o uno es consumidor, o está deprimido.
Después, Fabián, siguiendo a Eric Laurent, habla de cuatro modos de tratar el problema de las drogas que surgen en el segundo momento. Estos cuatro modos siguen la referencia de los cuatro discursos de Lacan. El discurso del amo, el de la histeria, el analítico y el universitario. Especialmente sigue la referencia de los cuatro elementos contenidos en los cuatro discursos. Así, tenemos la terapéutica por el lado del objeto, del amo, del saber y del sujeto.
Abordaje por la vía del objeto:
Se refiere a los tratamientos de sustitución de una droga por otra. Lo que se sostiene es la idea de que podría haber una droga mejor que otra, y que la forma de desprenderse de una droga era cambiarla por otra. (Sustitución de un objeto por otro)
Un ejemplo es la metadona, donde como no se lograba la abstinencia total de la heroína, se administraba una droga “más benigna”.
Pero esta política de reducción de daños muestra bien cómo la toxicomanía sigue y va a seguir existiendo por que no es algo que tenga que ver con la sustitución sino con un goce mortífero que se repite.
Abordaje por la vía del saber:
Tiene que ver con el intento de explicarle al toxicómano las consecuencias de su conducta. Hacerle entender que tiene un goce desordenado y que debe encauzarlo.
Aquí, el psicoanálisis demuestra que en lo que respecta al goce nadie aprende, que éste no se puede dominar ni circunscribir. Así, el toxicómano sabe muy bien que se está matando, pero al día siguiente consume de nuevo. Esta es una gran diferencia del psicoanálisis con las TCC (terapias cognitivas conductuales), donde el elemento educativo es muy importante, sin embargo desde el psicoanálisis sabemos que no hay manera de enseñar al goce y que el síntoma insiste de una manera u otra.
Abordaje por la vía del discurso del amo:
Aquí, se refiere a los grupos terapeúticos donde la figura de un líder o una autoridad es importante. Es un tratamiento que apunta a la identificación con un ideal, estando en el horizonte la idea de transformarse en un ex-adicto. Un ejemplo es “Alcohólicos anónimos”.
Abordaje por la vía del sujeto:
Esta es la vertiente donde se inscribe el psicoanálisis y que tiene que ver con la división subjetiva.
El texto central aquí sería el de “La dirección de la cura”, donde se muestra la relación que tiene el sujeto barrado con el A barrado.
Fabián nos comenta que la clínica con tóxicómanos muestra que cada uno de estos modos de abordar la cuestión pueden servir para el tratamiento del individuo. Sin embargo, es el psicoanálisis el que cuenta con fuertes herramientas y bases para poder pensar por qué es importante que un sujeto vaya por ejemplo a alcohólicos anónimos. Así, un sujeto psicótico que va a alcohólicos anónimos y le funciona por que hay un “amo” que le ordena la vida. El psicoanálisis sabe qué es lo que está ocurriendo y por qué funciona en este caso, pero, la institución de A. A, no tiene ni idea de por qué su modo de hacer funciona en unos casos y no en otros.
Estos cuatro modos de abordaje han sido coherentes con la época del N. P donde había una política represiva y clasificatoria. Hoy en día, está el debate en cuanto a la legalización de la droga y hay un fracaso de la política represiva.
Hoy en día, siguiendo a Miller, estamos en la ultimísima época de las drogas, caracterizada por una pluralización de diferentes sustancias, objetos…etc que se usan como drogas. Esto determina que la antigua clasificación es ineficaz, ya que cualquier sustancia puede ser adictiva y no hay clasificación que valga que permita ordenar este campo.
La clínica actual muestra que allí donde se intentó reprimir el goce, éste aparece por todas partes. Así, esta época nos muestra que los cuatro modos de abordaje nos plantean un desafío a todos, ya que, como vemos en la última enseñanza de Lacan, hay un pasaje del sujeto al parletrê, donde Fabián se plantea; ¿cómo podemos pensar la toxicomanía a partir del parletrê?
El modo de abordarlo que propone es a través de la última noción de síntoma de Lacan. Así, frente a la metástasis del goce, él se orienta por lo que Lacan llamó “el derecho al síntoma”. En la última enseñanza de Lacan la idea de éste es que hay que agregarle cuerpo al sujeto. La idea de sujeto es una instancia abstracta ligada al significante, por lo que Lacan, en esta etapa, le agrega un cuerpo. Esto es a lo que llamamos parletrê.
El goce tiene tiempo y tiene espacio. El espacio del goce es el cuerpo y su temporalidad es la repetición. Cuando desaparece el cuerpo, desaparece el goce.
Fabián analiza la frase “Todo hombre tiene derecho al síntoma” en dos vertientes:
Por un lado en su vertiente de singularidad. El hombre tiene un cuerpo que goza, y por gozar tiene un síntoma, un acontecimiento de cuerpo. Esto es lo más singular de un sujeto que no hay que tratar de eliminar, no solo por que no convenga sino por que no se puede. Entonces lo mejor que se puede lograr es hacer algo nuevo con lo mismo de siempre. De ahí la noción de “saber hacer” con el síntoma.
Por otro lado, Fabián hace énfasis en la importancia de abrir un nuevo tiempo de trabajo en términos de cómo pensar una clínica con toxicómanos que esté a la altura de nuestra época. Para ello resalta la importancia de ir a buscar la singularidad del sujeto por la vía del síntoma (última enseñanza de Lacan) y no por la vía del fantasma.